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SOLEDAD Y NARCISISMO ELECTRONICO

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Versión original y uncut de articulo publicado en Revista Capital con el nombre de La Soledad en tiempos de Twitter

Soledad y narcisismo electrónico
TWITTER, FACEBOOK: ¿HAY ALGUIEN ACÁ DENTRO?

Contrasentido, propiedad aritmética a la inversa. Se suponía que las redes sociales nos iban a acercar pero ha pasado todo lo contrario. Twitter y Facebook nos han convertido en planetas solitarios, en crisoles para nuestro ego y alimento de nuestras fantasías. Si pasamos más de 6 horas diarias tuiteando es que enel fondo estamos más solos que un leproso.

Por Francisco Ortega

  1. Todas las historias tienen algo de imaginarias y esta no es la excepción, así diremos que está basada en la vida real. Javier tiene 37 años y vive en Osorno, donde trabaja de abogado; se separó hace dos años y desde hace un tiempo similar es uno de los twitteros más activos de chile. Con un avatar de Robert Downey Jr. como Tony Stark y el nick de @elironxavier ha logrado hacerse de un lugar en la red nacional de los 140 caracteres. Sigue y es seguido por gente que le interesa: políticos, deportistas, periodistas, escritores, músicos y cineastas. Más de alguna vez algún líder de opinión le ha hecho RT, lo ha favoriteado o marcado como #FF. En una perfecta matemática @elironxavier ha subido sus seguidores de 100 a 7.674 en cosa de meses. Incluso una marca lo invitó a twittear a cambio de cerveza gratis (que le envían al sur) y si no acudió a 140SCL fue porque ese día le tocaba cuidar a su hijo. Eso sin embargo no quitó que no se apartara de su notebook para estar atento a ese evento tuitero que se celebraba en la capital. Javier era feliz en twitter, hasta que cometió el típico error de treinteañero soltero (o separado), convertirse en galán de DM y todo se fue a las pailas. 7.674 contactos en twitter, fama virtual que en el fondo no es nada y @elironxavier se dio cuenta que estaba tan solo como un calcetín guacho; que su realidad no había cambiado un ápice y que en dos años de soltería forzada, no había nadie que lo esperar en casa en las tardes… O lo que es aun más triste, no tenía a nadie a quien esperar.
  2. Uno de los instantes más inolvidables del reciente concierto de Roger Waters, realizado en el Estadio Nacional en marzo recién pasado fue durante la canción “Is there anydoby out there?”. Para los familiarizados con The Wall, el segundo corte del segundo disco. El muro estaba terminado, los músicos y la estrella tapados por el escenario de 16 metros de alto y sobre éste, que funcionaba como una gran pantalla, aparecen dos ojos mirando fijo. La canción es simple, una sola frase, una sola pregunta: ¿Hay alguien allá afuera? Y el sentido era perfecto, más si cambiamos el allá por acá y el afuera por dentro: ¿Hay alguien acá dentro? Frente a la puesta en escena, más de 50 mil espectadores, todos sacando fotos con sus celulares, subiendo imágenes en Instagram, comentado cada canción en Twitter, cambiando sus estados de Facebook cada dos minutos. El propio Waters comentó luego acaso si alguien en verdad disfrutaba de sus conciertos o estaba más preocupado de manipular sus smartphones. ¿Cuántos en verdad vieron el show completo? ¿Cuántos en verdad ven hoy una película  o una serie entera? ¿Cuál es la necesidad que nos lleva a contarle a todo el mundo –y al mismo tiempo a nadie- lo bien que lo estamos pasando? ¿Lo estamos pasando bien? Por supuesto, lo de Waters fue solo un ejemplo. Lo mismo ocurre en fiestas, estrenos, avant premieres e incluso en matrimonios, con los propios novios contando en 140 caracteres lo que están viviendo. ¿Con quien te casas, con el amor de tu vida o con un blackberry?
  3. La mejor escena de Social Network, la película de David Fincher que recrea la historia de Facebook es la última, cuando Mark Zuckerberg está solo frente a su laptop y decide buscar a su ex novia, la misma que le parte el corazón al inicio de la historia. Le pide ser su amigo virtual. Insiste, insiste, insiste; no hay respuesta, no hay respuesta, no hay respuesta. A negro, termina la película. Pregunta: ¿Cuántos de ustedes, estimados lectores, con sus vidas más o menos armadas, han usado Facebook para buscar a sus ex novias o ex novios? Si se ruborizó leyendo lo anterior, no se preocupe, es parte de una inmensa mayoría. La democracia en las redes sociales es la creación de una nueva soledad. Estamos más juntos que nunca, con nuestro pasado y presente al alcance de un clíc y por lo mismo absolutamente solos. Cambió nuestra forma de relacionarnos, volvimos a la adolescencia sin darnos cuenta. Según Moira Burke, una recién graduada del Instituto de Relaciones Humanas-Computador  de  Carnegie Mellon (sí, existe tal institución), quien el año pasado hizo un estudio a 1200 usuarios de Facebook, basado exclusivamente en el uso del botón de “me gusta”; un 80% de este total eran  solteros o separados, habiendo la mayoría de ellos terminado una relación tras hacerse usuarios de alguna red social, reemplazando el contacto natural con una persona por la supuesta masa virtual y la valorización del grupo en “formato electrónico”. Los usuarios de Facebook han tendido a aceptar amigos como un acto natural, sin preocuparse del real vinculo con esa persona. De la búsqueda de conocidos o familiares perdidos a la colección de gente en cosa de meses. En una aritmética inversa, estamos más solos mientras más amigos electrónicos tengamos. El mismo estudio señaló que en 8 de cada 10 parejas divorciadas en Estados Unidos en los últimos dos años, uno de los conyugues apuntó como causa la dependencia del otro a las redes sociales. La amante se convirtió en control remoto, ahora en smartphone. Un dato casi humorístico, Google+, que fue lanzado el 2011 como competencia a Facebook, pretendía garantizar el resguardo de la verdadera amistad creando círculos en los cuales añadías personas de acuerdo a su grado de cercanía, la idea era evitar lo promiscuo de Facebook. Resultado, Google+ fue un fracaso y Facebook crece día a día.
  4. John Cacioppo, director del Centro de Neurociencia Social y Cognitiva de la Universidad de Chicago, publicó el 2010 el libro Loneliness, un análisis teórico acerca de la soledad en los tiempos de las redes sociales, texto donde ya adelantaba mucha de lo observado por Burke en su estudio a los 1200 usuarios de Facebook. El libro, un best seller en el primer mundo, convirtió a su autor en una suerte de “gurú de la soledad”, a pesar de que el autor no menciona ese termino en una sola parte de su libro (salvo en el título). Cacioppo sostiene que las redes sociales han creado una  nueva forma de narcisismo electrónico, o un e-narcisismo si se prefiere, donde hemos confundido las relaciones con el acto de comunicarnos en formato inmediato. “Hola Twitter, no sé por qué entre pero querían ver como están” es el mensaje tipo que más se repite en el mundo, y su objeto es  demostrar que seguimos ahí, ver cuanto nos quieren. Twitter y Facebook son una fiesta masiva, sin el stress de las fiestas subraya el profesor de Chicago. No tenemos que arriesgarnos a conquistar a alguien, ni siquiera pasar por la presión de arreglarnos adecuadamente, no lo necesitamos; ni siquiera que nos inviten, nos invitamos nosotros mismos. El dilema es que el narcisismo es un tipo de depresión y una que nace desde el sentirnos y sabernos solos. Es un grito para ser tomados en cuenta, tras la certeza de que no tenemos a nadie y no hacemos el mínimo esfuerzo para tenerlo. Pura suma y resta, Cacioppo hace el ejercicio de enlistar a los 100 tuitteros más influyentes de Estados Unidos, a 80 no se les conoce pareja, y de esos un buen porcentaje vive solo y trabaja conectado a una red social más de 8 horas seguidas. El mismo análisis realizado en Chile daría resultados muy parecidos. Hace poco un tuittero preguntaba por otro, que andaba desaparecido, un tercero le contestó, “o esta muerto o encontró novia”. Bajo la superficie hay mucha verdad en ese chiste.
  5. Javier, o @elironxavier, conoció a una chica por tuiter. No una muchacha cualquiera, sino una bastante famosa, actriz de teleserie, simpática, bonita y una celebridad en los 140 caracteres. Y se hicieron amigos. Tuiteaban todo el día y del TL pasaron a los DM donde se empezaron a contarse intimidades y a pedir consejo. Obviamente Javier se empezó a enganchar de su anónima desconocida/conocida y un día sus DM subieron de tono. Ni pornografía ni softcore, simplemente le confesó que pensaba demasiado en ella, se fue en la del buen romántico. Ella le dijo que tenía novio, que no era su idea que se confundieran las cosas, que le parecía desubicado lo que había hecho. Y no sólo lo cortó, también advirtió a sus amigas que se cuidaran de @elironxavier, que era simpático pero un jote medio sicópata. Y claro Javier aprendió de golpe que las amigas de twitter no existen, que el galanteo por DM solo funciona cuando la chica (o el chico) en cuestión te conocen y que esa fantasía tan difundida de que en una red social un anónimo separado de provincia puede convertirse en cercano de la chica más linda del baile es solo eso, una fantasía. Y que hoy estamos tan o más solos que cuando teníamos trece años, nos invitaban a una fiesta y nadie quería bailar con nosotros. La salvedad es que a ves en Twitter o Facebook te aceptan un baile, pero que quieran terminarlo, ese es otro cuento.

MUNDO TWITTER: EL GALAN DE DM

Publicada originalmente en Molecula en Enero del 2012

GALAN DE DM: UNA HISTORIA CASI REAL

Pablo tiene 34 años, vive en Osorno y –como muchos varones chilenos de su edad y condición socioeconómica– pasa casi el 80% de su día en Twitter, donde existe con el nombre de @pabmard1976 y avatares diversos con la cara de Gene Hackman, su actor favorito de niño. Es divertido, tiene un humor negro y la mayoría de las veces es muy cruel, sobre todo con gente que no conoce: famosos, políticos y artistas. En su breve biografía, se define como cultor del “odio creativo”, que equivale a ser “choro”.

Pablo es abogado y, en su vida secreta (o real), lleva las cuentas de varios ricos agricultores de la zona. Pero, claro, jamás lo contará. Tampoco que tiene un buen auto, una bonita casa con vista a los volcanes y una desastrosa vida amorosa (se separó al año de casado y, desde entonces, ha dado bastante pena). Y Pablo se ha hecho popular en Twitter, lo retuitea gente que respeta (músicos, periodistas, escritores, sujetos y sujetas inteligentes y también insoportables) e incluso una vez apareció en la página editorial de la Tercera y dos veces en LUN, ambas por algo relacionado con Piñera y encuestas. Claro, no lo invitaron a 140scl y eso le duele, aunque jamás lo confesará.

@pabmard1976 tiene más de 6 mil seguidores –lo que es bastante para ser un don nadie–, pero no lo suficiente como para ser pagado por una marca de cerveza, de esas que te tratan de “friend” o de las que hacen fiestas en playas falsas sobre estacionamientos feos. Le juega en contra no ser de Santiago, frustración que él camufla muy bien del más fácil de los modos: odiando a los santiaguinos.

Pero sobre todo, Pablo es un galán del DM. Él mismo se define así con sus amigos. Y es verdad. Si uno sigue su TL, descubre que lo retuitean harto algunas de las chicas más lindas de esta pista. Da envidia, lo reconozco. Y no sólo eso; a ratos, desaparece de pantalla y se esconde en largas cadenas de DM con algunas de las tuiteras más apetecidas por la comunidad de los 140 caracteres. Lo sé porque me manda DM contándome…  Le funciona. El tipo es un encanto y es bueno escribiendo. Me consta. Siempre me ha constado. Lo conozco del colegio; iba dos cursos abajo del mío y, entonces, ya manejaba bien el arte del “bla bla”. Un gordo rucio y feo que nadie se explicaba por qué siempre tenía pololas tan lindas. Pero, claro, una niña bonita del sur no es lo mismo que jóvenes actrices nacionales que –como sostiene– son su especialidad.

– Buscan sorprenderse, y yo las sorprendo –me dijo hace tres semanas, cuando me llamó para saber de mi vida y otras yerbas.
– No siempre –le contesté, con el conocimiento de que más de una de sus conquistas tuiteras se convirtió en aventura muy rara, con la “DMada” (o sea deamada) en cuestión arrancando y acusándolo de stalker. Si cierta guapa conductora radial local hiciera públicos los mensajes directos de @pabmard1976, la popularidad de mi amigo se iría bastante a la cresta. Y él lo sabe. Pero como éste es un mundo de Bilz y Pap, le da lo mismo.
– Yo con actrices, chao –le contesté–. Pololeé dos años con una, y paso. Lo mío son otras ciencias sociales…
– Galán de DM –me devuelve.
– Estoy aprendiendo del mejor.

Luego, me preguntó si podía alojarlo el fin de semana. Una de sus “twitpololas por DM” lo había invitado a una fiesta bien taquilla, y el friky se calentó con la idea. Es decir, no sólo con la idea.

– Mi casa es su casa, compañero. ¿No eres alérgico a los gatos? Tengo una.
– Lo sé, y no soy alérgico a nada. Gracias por recibirme. Podrías acompañarme a la fiesta.
– Paso.

Y el galán de DM fue a la fiesta, con ropa nueva y zapatillas retro (de la marca que auspiciaba el evento, de hecho). Su estreno en sociedad en el mundo real. Y eso pasó: mundo real. A las dos horas, tenía un mensaje en mi celular: estaba en la barra del Liguria, tomando cerveza, solo. Partí a buscarlo y a tomar cerveza. Ocurrió lo que tenía que ocurrir: propiedad conmutativa, el orden de los factores no altera el producto. Llegó y no conocía a nadie. Según él, había pura gente famosa –de la tele y las teleserie, de la música y los musicales– y, claro, se puso nervioso, transpiró mucho, se rascó el cuello hasta dejárselo rojo y, aunque habló harto con la chica de los DM, ella andaba rodeada de amigas y nunca los dejaron solos.

– Igual hubo onda.
– Siempre la hay, pero de la onda a lo real hay una órbita bastante amplia…
– ¿Por qué hablas redactado?
– Es mi columna; tengo derecho a hacerlo. Bueno, ¿qué pasó?
– Fui a buscarle una copa de champaña, brindamos, pero no fue lo mismo.
– Claro que no fue lo mismo. Es como esa gente que se saluda por Twitter como si fueran los mejores amigos del mundo, y ni se conocen. Esto es una fantasía ­–le enseñé TweetDeck abierto en mi celular–, una gran y entretenida mentira.
– Muy patético.
– Nooooo, esto no tiene nada que ver con ser patético. De hecho, todo lo contrario. Es volver a tener 15 años, regresar a tercero medio, ilusionarse como pendejo. ¿Por qué crees que los pegados con Twitter somos hombres, mayoritariamente heterosexuales, tenemos más de 30 y en su mayoría estamos separados o cagados de la cabeza? Porque es como una segunda oportunidad. Puedes ser listo, el mejor para la pelota y coquetear con la chica más linda del baile. Y coquetear en serio, onda que te salte el corazón y todo. ¡Mírate! Tú viniste de Osorno y todo, y te puede haber ido mal, pero fuiste un pequeño rey por media hora… y eso es mejor que ser tonto una vida entera, tal como decía el gran Rupert Pupkin. Filo, fue, terminó. Hace un año, con cueva te conocía y admiraba tu ex; ahora, para un montón de anónimas ricas, eres una fantasía. Mantente así. El galán de DM no debe salir de esa columna.
– El único galán real de DM es David Gahan.
– Eso fue fome.
– …
– Muy fome.
– Demasiado. Salud por eso.
– Salud.

Esta historia es casi imaginaria. Pero eso da lo mismo; todas las historias lo son.

#BOICOTICKET

De lujo ha sido, aunque no llegue a nada, la campaña #boicoticket iniciada esta mañana en Twitter como respuesta al cada vez más elevado precio de las entradas en Chile. Guerra a Cancha VIP, no a burlarse de los fans, la gracia es que en esta guerra todos son generales y es bueno que así sea. La gran Marisol Garcia de Chile, puso los puntos sobre las íes y subió en su blog una notable columna que aca reproduzco en parte.

Conciertos en Chile: galas sin lujo

La pelota ya empezó a dar bote, y es de esperar que algún medio amplíe pronto el debate con un reporteo extenso. Los precios de los conciertos internacionales en Chile eran tema ya en enero de 2006 con lo del regreso de U2 (El Mercurio incluso me encargó entonces una columna para hablar sólo del insólito acuerdo de exclusividad entre la productora y los clientes Ripley), y volvieron a la discusión con el anuncio de Madonna en el Estadio Nacional, el año pasado. Cristóbal Peña hizo entonces una estupenda nota para CiperChile, a través de la cual nos enteramos, por ejemplo, de que la gira más rentable de la historia del espectáculo estaba en Chile exenta de pagar impuestos por venta de boletos (privilegio del cual no puede gozar una fonda dieciochera, pues sí vende alcohol) y que Chiledeportes tiene derecho a quedarse con 600 invitaciones por cada gran show en ese recinto (la nota completa, acá).

Twitter ha activado hoy una protesta virtual (#boicoticket) cuya efectividad está por verse, pero que al menos permite el desahogo colectivo ante la creciente sensación de que las productoras de conciertos nos están viendo las caras hace rato. El segundo concierto de Faith No More en Santiago, por ejemplo, se vende hoy como una producción «de gala», que de tal sólo tiene el precio: $38.000 a $90.000, más cargos por servicio. Hablamos del Caupolicán: su piso inmundo, sus galerías frías, sus luces precarias. En el Movistar Arena, ver a The Killers en noviembre costará entre $20.200 y $95.200. Un grupo atractivo, vale, pero muy lejos de un clásico: el boleto más caro para el venidero show de Metallica en el Madison Square Garden de Nueva York cuesta menos de la mitad de esa dudosa cancha “VIP” junto al Parque O’Higgins.

¿Les gusta Depeche Mode? Pues a mí también, pero no sé si quiero enterarme si…

Si quieres leerla entera haz clíc aquí.